**En vez de aspirar una flor, la acercaba a mi oido y decìa:
Puedo oìr el corazòn de esta flor como el vuestro.
Ella clama por agua como uds. por la gracia divina
y su voz es pequeña como la voz de la flor.
Dios tendrìa que acercarnos a su oìdo como yo acerco esta flor al mìo
pero no existe un dios que atienda estas cosas.**
**En las flores hay una misteriosa y fina voz como la del violìn.
No la oyen uds.? Las flores y todos los elementos de la naturaleza tienen voces sutiles.
El espacio està tejido por estas voces. El silencio jamàs es absoluto.
En las noches mas profundas oìmos siempre un murmullo lejano, ( cierto, digo yo)
revelador de una suma infinita de voces: todos los pensamientos que se formulan
en el mundo vibran en estas voces.
En una piedra podemos oìr, si escuchamos con atenciòn, el trayecto del tiempo,
en el sonido de la lluvia podemos oìr el diàlogo vacilante de los primeros hombres
de la antiguedad elaborar secretos, en el estruendo de las olas podemos oìr
la aclaraciòn de algunos hechos històricos, ciertas alondras nos traen
anuncios del futuro mas pròximo.
Si uds. no se dignan a escuchar estas voces ¿como podrìa un dios oìr las vuestras??
Extr.de "Autobiogafìa de Irene "
de Silvina Oampo
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